Queridos hermanos y hermanas: En este tiempo de crisis mundial de salud, notamos un cambio radical de nuestra vida. Surgen los casos de enfermos y eso nos da miedo, pero disminuye el odio, la indiferencia y el egoísmo. Y tenemos mucha fe que el bien, que es muy humilde, frágil y hoy día muy «enfermo» va a triunfar al final. Jesús está con nosotros. Ánimo, hermanos y hermanas.
Quédense en casa (si es posible), por favor. Cuiden su salud y de los demás.